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miércoles, 14 de diciembre de 2011


"Eres una tonta", dijo; "Lo importante no es conseguir lo que quieres...", dijo; "lo importante es seguir queriéndolo cuando lo tienes.." dijo.

Como si supiese de lo que estaba hablando.
Pero a mi no me jode.
Porque a mi no me engaña.

Lo importante ES conseguir lo que quieres; dicho ésto cuando aún NO se tiene.
Claro, no nos enredemos en paradojas vanas de ilusiones futuristicas sinsentido.

Bien. Una vez LO TIENES, entonces y sólo entonces es cuando toma importancia el SEGUIR QUERIÉNDOLO.

Pero yo no me contento con la posibilidad, necesito la negación como alimento, ¿o acaso no es de perseguir lo imposible de donde proviene toda esta electricidad que a veces me engaña y me hace creer que aún puedo llenarme?

Como si fuera un tarro de galletas.
Como si pudiese serlo.

¿No seré entonces una nueva versión del Quijote?
¿No estaré loca y andaré vomitando molinos imaginarios?
En esa historia me siento más como Sancho Panza.
Y eso sí me jode.

Estoy tan podrida de gula que si existiese Dios...
Si existiese Dios.

No soy más que la prueba candente y medio muerta de que existe el delirio.
Al menos hoy me reiré a solas de mí misma.
Por ridicula.
Y por muchas cosas más.

domingo, 11 de diciembre de 2011

[...]- Aquí! Aquí! Fué aquí donde el tiempo se calló del reloj, sí, sí!; Fue en éste mismo lugar. y dicen que si uno escucha atentamente puede encontrar tres tipos de silencios diferentes escondidos dentro. - La pequeña criatura se retorció de satisfacción sobre el hombro de la princesa. - ¡yo lo encontré!¡yo lo encontré! - Ella dio un profundo suspiro y cerró los ojos:
- Entonces aquí es donde todo empieza. Donde todo empezó a dormir. El principio del Sueño...- Miró a su diminuto acompañante- Pequeño Cannut, ¿cuáles son los tres tipos de silencio que aquí habitan?
- Yo he encontrado dos, ¡dos!, pero el tercero yo no lo he encontrado, yo no he podido.
- ¿Y cuáles son?
- El primer primero silencio pertenece a la sala igual que los muros, es el recordatorio imborrable del mismo olvido, es el primer primero silencio más triste. El que no se vá. - Su aguda y pequeña voz se sembraba sobre toda la extensión de la enorme sala como el leve susurro de una trágica escena, triste como un violín asustado. Pequeño Cannut se abrazaba entre los mechones rubios que se derramaban por los hombros de su transporte. Cuando el eco hubo callado, continuó:
- El segundo silencio es distinto. Es más denso, pero más mucho pequeño. Es el silencio de un recuerdo. - Abrió mucho los ojos y bajó el volumen de su voz hasta que la convirtió en un debil sollozo - Un mal malo recuerdo.
-¿Un recuerdo malo?
- Un recuerdo hecho de ira, un mal malo recuerdo. Un mal malo recuerdo atroz.- Ambos callaron un instante, contemplando las altísimas columnas blancas y la azulada atmósfera abandonada. Los escombros de lo que debieron ser alguna vez algo vivo, y que ahora yacía olvidado a la descomposición y al derribo, muchos muchos kilómetros bajo tierra.
- ¿Cómo es el tercer silencio?
- Yo no lo se, yo no lo he visto. Pero yo he oído antiguas viejas leyendas. Leyendas que dicen que  el tercer silencio es gigante enorme. Tan gigante enorme que sólo se puede ver desde el centro de la sala.
- ¿En el mismo centro? ¿tan fácil como eso?
- Pero yo no digo eso, yo digo que yo he oído antiguas viejas leyendas. Yo he estado en el centro de la sala y yo no he visto. Yo no puedo oir el tercer silencio aun. Es el más difícil de encontrar. Seguramente nadie puede. Quizá el tercer silencio no existe, quizá es leyenda.

La princesa comenzó a andar con paso decidido y se colocó justo en el centro de la sala. Cerró los ojos y evadió de su mente todo pensamiento, todo sentimiento, todo recuerdo, todo sueño. Respiró por un momento, y luego por dos, y por tres momentos. Finalmente abrió los ojos y miró dulcemente a su amigo.

- El tercer silencio existe, Pequeño Cannut. Es sólo que es muy difícil de escuchar porque es el silencio de una ausencia. Es enorme, y es infinitamente doloroso. Pero es vaporoso, se diluye en el aire, gotea por las paredes, su presencia encaja tan perfectamente aquí que apenas puedes diferenciarlo del propio edificio. Todo ésto, los tres silencios, las columnas, las escaleras, la propia historia. Todos son hermanos del pasado.

- Pero aquí no hay pasado, aquí se rompió el tiempo, no hay tiempo, no hay pasado.- miraba alrrededor preguntándose cómo era posible que aquella estructura hubiese permanecido sepultada bajo tierra durante tantos siglos, y no hubiese caído sobre los perfectos muebles ni una sola mota de polvo. Todo estaba dispuesto como si de un momento a otro fuera a entrar por la puerta un consentido y ricachón rey seguido de un séquito de criados y sirvientes con té y galletas.
 Pero allí no vivia nadie. No desde hacía años suficientes como para que nadie lo recordase. Nadie, desde mucho antes de que existieran los humanos, y antes que ellos, los leviathanes, y, antes incluso que ellos, los primigenios.
No, ese lugar estaba allí desde mucho antes del principio y del fin...[...]

Fragmento de Criatura, por Bulimic Liar